El piloto británico se impuso con contundencia en una de las carreras más difíciles de los últimos años. Al volante de un Mercedes que mostró carencias en la mínima adherencia del asfalto de Istanbul Park, Lewis Hamilton encontró la clave para el funcionamiento óptimo del monoplaza trascurridas varias vueltas y rodó a una velocidad estratosférica con la que sentenció su séptimo título mundial. Los Racing Point, que lideraron hasta la segunda ronda de paradas en boxes, sufrieron con los intermedios, salvando Sergio Pérez la segunda plaza por escasas décimas sobre el renacido Sebastian Vettel.

Una lección magistral impartida sobre un asfalto helado y sin agarre. Lewis Hamilton, lejos de conformarse con una posición dentro del top ten que le otorgase matemáticamente su séptima corona en el Mundial de Fórmula 1, descubrió en su Mercedes W11 una ventana de funcionamiento que no habían encontrado en ninguna de las sesiones previas del Gran Premio de Turquía, ronda en la que los dos bólidos germanos clasificaron fuera de las cinco primeras plazas de la parrilla.

Sin embargo, el dominio en los compases iniciales de la carrera, con la pista anegada y equipando neumáticos de lluvia extrema, lo ejercieron los Racing Point de Lance Stroll y Sergio Pérez, autores de una magnífica salida y repartiéndose las vueltas rápidas hasta construirse una diferencia superior a la decena de segundos con el rival más próximo, un sorprendente Sebastian Vettel. El piloto alemán, en sus últimas pruebas con la Scuderia Ferrari, se desquitó de las amarguras escalando al tercer puesto después de partir undécimo. Mientras el tetracampeón ascendía en la tabla desenfrenadamente, los Red Bull de Max Verstappen y Alexander Albon patinaron en exceso al apagarse los semáforos y tomaban el camino opuesto.

La situación mejoró para los integrantes de la formación de las bebidas energéticas con el toque entre los Renault de Daniel Ricciardo y Esteban Ocon. El australiano, emparejado por la izquierda con Lewis Hamilton y al lado contrario por su compañero de equipo, se quedó sin espacio para maniobrar. Ese percance pilló por sorpresa a Valtteri Bottas, que también perdía la zaga de su bólido y descendía al fondo del pelotón. El finlandés remató la arrancada con una pasada de frenada posterior en la que, vaya por donde, la víctima colateral volvió a ser Ocon.

Mientras los Racing Point despegaban al frente, Charles Leclerc pasaba por boxes en la vuelta 7 y montaba el compuesto intermedio, una decisión copiada por el resto de la competencia a tenor de los sectores en morado que se marcaba el monegasco. Desde el muro rosa llamaron al pit a Stroll tres giros más tarde, conservando el canadiense su P1 al término de la primera ronda de paradas. No obstante, Verstappen amenazaba seriamente el doblete de los RP20. El holandés volaba en la pista, pero pago muy caro su exceso de fogosidad.

El #33, a rebufo de Pérez en la recta de atrás, lo intentó desesperadamente en la rapidísima curva 11 y protagonizó un innecesario trompo a casi 300 km/h con el que arruinó sus opciones a la victoria, bajando al octavo puesto al regresar al box por culpa del plano provocado por su error. En ese momento, los Racing Point centraron sus miras en el RB16 de Alexander Albon, que reducía diferencias peligrosamente. El anglo-tailandés alcanzaría al mexicano, que a su vez se aproximaba a Stroll, pero no se producirían adelantamientos.

Eso sí, la clasificación volcaría por completo a partir de la vuelta 31, en la que Leclerc y Ferrari calzaban un juego nuevo de intermedios. Con la pista aún húmeda y el cielo gris, se despejaba de la ecuación a las slick de Pirelli y empezaría la debacle de Lance Stroll. Los ingenieros del canadiense y sus dudas meteorológicas retrasaron la segunda parada del líder hasta tal punto que al completar la misma Verstappen les había superado. Pérez, dispuesto a heredar la batuta de mando, contemplaba como Hamilton le rebasaba sin contemplaciones y establecía una distancia absolutamente insalvable.

El británico surgió de las tinieblas mientras su compañero de equipo acumulaba trompos en el deslizante firme de Istanbul Park. En un fin de semana en el que los Mercedes sufrían realmente por generar temperatura en sus ruedas, el #44 destapó sus habilidades y dio con la fórmula secreta para el funcionamiento adecuado de unas Pirelli que trataría como la seda en las postrimerías de la carrera. Con casi cinco decenas de vueltas en su contador, Hamilton cruzó bajo la bandera a cuadros y certificó su séptima corona con una victoria sin tacha, igualando así el único récord que poseía Michael Schumacher en solitario. La alianza Mercedes-Hamilton, un dúo que ha logrado unos hitos impensables.

Pérez también se dedicó a mimar sus zapatos y finalizó a espaldas del vencedor tras lidiar con los Ferrari de Charles Leclerc y Sebastian Vettel en el último giro. El monegasco aprovechó una imprecisión del #11 a cinco curvas de la línea de meta para situarse en P2, pero su defensa en la T13 le apeó incluso del cuadro de honor. Una apurada de frenada devolvía la medalla de plata a ‘Checo’ y aupaba al podio a Vettel. Excelente la actuación del teutón, desplegando las aptitudes con las que campó a sus anchas de 2010 a 2013 en el Gran Circo. Leclerc a punto estuvo de perder el cuarto puesto, ya que Carlos Sainz (McLaren) se mantuvo al acecho y no capitalizó en el fallo del #16 por un margen escaso.

Los Red Bull desperdiciaron una cantidad de puntos asombrosa. Con un RB16 que rozaba la perfección, la impaciencia de Max Verstappen y una desconcentración mínima pero suficiente por parte de Alexander Albon no respondieron a las expectativas generadas por ellos mismos, conformándose con unas agrias P6 y P7, respectivamente. Lando Norris (McLaren), autor de la vuelta rápida, concluyó octavo, justo por delante de Stroll. Tarde desastrosa para el #18 en el este del mediterráneo, que de acariciar la gloria pasó a vivir un infierno en cuestión de segundos.

Los Renault y AlphaTauri se despiden del periplo europeo del campeonato con sus bolsillos prácticamente vacíos. Tan solo Daniel Ricciardo logró salvar un punto para la estructura gala. Esteban Ocon precedió en P11 a los AT01 de Pierre Gasly y Daniil Kvyat, apabullados por sus compatriotas con sede en Maranello. Valtteri Bottas, absolutamente desdibujado, terminó decimocuarto, cerrando la clasificación Kimi Räikkönen (Alfa Romeo), George Russell (Williams) y Kevin Magnussen (Haas).

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