Este fin de semana se celebrarán las tres jornadas de test oficiales previas al comienzo de la campaña 2021 del Mundial de Fórmula 1 en el circuito bahreiní de Sakhir. El golfo Pérsico sucede a la costa mediterránea española para unos días cruciales en los que las diez escuderías seguidoras del certamen destaparan todos aquellos elementos que han ocultado en sus presentaciones virtuales. Con el programa de pruebas más corto en la historia del Gran Circo, cualquier mínimo contratiempo lastrará sobremanera a los equipos, especialmente a aquellos que incorporan nuevos pilotos a sus filas.
En apenas veinte días se apagarán los semáforos y arrancará el Gran Premio de Bahréin, la primera ronda de un campeonato compuesto por unos imponentes 23 eventos que, al igual que la pasada temporada, desafiarán el aguante de cada una de las diez formaciones que forma parte del espectáculo de la Fórmula 1. Sin embargo, el curso 2021 se presenta con varias novedades, la mayoría de ellas con el objetivo de reducir costes en los tiempos que corren.
Una de ellas es el cambio de emplazamiento y formato de los test invernales. Albergados en el Circuit de Barcelona-Catalunya desde el año 2015, los equipos acordaron con los promotores y la Federación Internacional de Automovilismo trasladarlos al trazado de Sakhir, el mismo escenario de la carrera que inaugurará el calendario el próximo domingo 28 de marzo. Por otra parte, las jornadas de pruebas se reducen de seis a tres, por lo que las horas de pista deberán optimizarse al máximo para que los pilotos se adapten a unos monoplazas que, aunque continúan con el chasis del 2020, sufren variaciones en la aerodinámica que alterarán su comportamiento.
Con la prolongación de la vida útil de los neumáticos Pirelli de 2019, el reglamento ha obligado a los ingenieros a reducir en torno al 10% la carga aerodinámica producida por sus monoplazas, por lo que, a priori, las marcas que establezcan no lograrán superar a las de sus predecesores. Los constantes avances en lo que a tecnología e innovación se refiere en el Gran Circo no permitirán a absolutamente ninguna estructura confiarse en los resultados del anterior curso. El trabajo en las fábricas se ha centrado en recuperar parte de ese fundamental apoyo aerodinámico con modificaciones en el suelo y los bargeboards de los bólidos. ¿Lo conseguirán? Este fin de semana obtendremos la respuesta a esta cuestión primordial.
Lo que muy difícilmente se alterará es el dominio de Mercedes. Los germanos apelan a la continuidad como base de sus éxitos y, con Lewis Hamilton y Valtteri Bottas al volante de los W12 vitaminados en caballaje, aspiran al octavo doblete consecutivo, un hito que rompería por enésima ocasión los récords que la propia firma de la estrella instauró en su camino hacia las séptimas coronas de pilotos y fabricantes. A pesar de que Red Bull acortó distancias y cerró el 2020 con una contundente victoria de Max Verstappen en Abu Dhabi, batir a la temible escuadra dirigida por Toto Wolff se antoja complicado. Los de las bebidas energéticas renuevan un proyecto al que se suma Sergio Pérez, piloto clave en las aspiraciones de los austríacos.
Por detrás, la clase media y su plantel prometen un 2021 cargado de vibrantes batallas en la pista en las que muy probablemente se reencontrarán dos campeones del mundo de la talla de Sebastian Vettel y Fernando Alonso. El alemán se convierte en uno de los pilares de la reaparecida Aston Martin, mientras el español volverá a exprimir los coches más rápidos del planeta defendiendo el azul de Alpine, la marca filial de Renault. La ilusión en ambas personalidades del deporte es identificable a kilómetros de distancia, mostrándose prestos y dispuestos a desplegar su verdadero potencial en nuevos entornos.
En McLaren también impera un ambiente prolífero para proseguir su particular remontada hacia las posiciones delanteras de la parrilla. Lando Norris y Daniel Ricciardo serán impulsados por un motor Mercedes que se ha integrado a la perfección en el paquete del MCL35M. Sin embargo, los focos estarán puestos sobre los Ferrari SF21 de Charles Leclerc y Carlos Sainz. Los pupilos de Mattia Binotto acarrearán unos niveles de presión extremadamente elevados tras el nefasto 2020 de la Scuderia. Repetir esas actuaciones en las que entrar en la Q3 se consideraba un milagro es algo impensable en Italia y la reinventada unidad de potencia diseñada por los transalpinos refleja unos datos prometedores en las simulaciones, pero que se tendrán que refrendar en la realidad.
Entremedias de la ‘Clase B’ y la ‘Clase C’, la Scuderia AlphaTauri tratará de integrarse definitivamente en la más alta. Según las declaraciones de Christian Horner y Franz Tost «ya no hablamos del segundo equipo de Red Bull» sino de una escuadra con cierto grado de independencia que a partir de la radical normativa técnica que se implementará en 2022 luchará por las cotas más altas posibles. En una situación similar desearían encontrarse en Alfa Romeo, Haas y Williams. Disponiendo de recursos limitados, el trío que figuró de farolillo rojo en la atípica temporada 2020 se dedica a recuperar terreno con la oposición, a excepción de los estadounidenses, que con dos debutantes como titulares no evolucionará su coche a lo largo del año.
Foto: Mercedes AMG F1
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