La reanudación del Mundial de Fórmula 1 tras el parón estival fue eclipsada por las incesantes lluvias que impidieron completar el Gran Premio de Bélgica, ronda que pasará a la historia como una de las más insólitas en las siete décadas del certamen. Los monoplazas apenas completaron dos vueltas detrás del Coche de Seguridad, las suficientes para otorgar puntos, pero reducidos al 50%. Así, el holandés Max Verstappen se impuso gracias a la sensacional pole position que había cosechado el sábado, produciéndose el retorno de Williams al podio con George Russell en el segundo lugar.
Desbordada. En ese estado no describe únicamente el estado de la pista de Spa-Francorchamps, sino que lo compartió con la Federación Internacional de Automovilismo, que atrasó el comienzo de un Gran Premio que finalizaría sin ninguna vuelta competitiva. Y es que la escasa visibilidad no garantizaba seguridad alguna a los pilotos desde la hora de salida, programada a las 15:00 locales, optando desde la torre de control por postergar continuamente un evento imposible de disputar.
A las 15:25 se intentó con un par de vueltas de formación, pero por radio la inmensa mayoría coincidía en que el circuito estaba impracticable. La excepción a la regla, Max Verstappen, que al rodar al frente del pelotón con su Red Bull no se encontraba envuelto en el dantesco spray que levantaban los bólidos a su paso a la velocidad impuesta por el Safety Car. Así, la FIA mostró bandera roja y neutralizó la sesión con la esperanza de que las predicciones que apuntaban los radares no se cumpliesen.
Sin embargo, las precipitaciones no otorgaron la mínima posibilidad a que arrancase el GP de Bélgica. Los monoplazas retornaron al trazado a espaldas del Mercedes-AMG GT R conducido por Bernd Mayländer tras varias horas detenidos en el pit para sumar los giros suficientes y que se repartiesen la mitad de los puntos al no completarse el 75% de las vueltas estipuladas. De este modo, los resultados de la sesión de clasificación fueron idénticos a los de la carrera en el top 6.
¿Y por qué en el top 6? Pues por el error que cometió Sergio Pérez cuando se dirigía a la parrilla con su Red Bull RB16B. Los mecánicos de la formación con base en Milton Keynes repararon los daños de su accidente contra las barreras de la curva 8, pero el mexicano se reintegraría al fondo del grupo, por lo que Esteban Ocon (Alpine), Charles Leclerc (Ferrari), Nicholas Latifi (Williams) y Carlos Sainz (Ferrari) cerraron la zona de puntos una posición por encima de la prevista.
La victoria fue para el autor de la pole position, el holandés Max Verstappen, que reduce diferencias en la clasificación del campeonato con Lewis Hamilton, tercero al volante del Mercedes #44. El británico cedió en Bélgica cinco puntos con su directo rival. Entre ambos se situó un sorprendente George Russell, que devolvió a Williams al podio después de tres temporadas de sequía. El #63 realizó una qualy brillante en la que acertó arriesgándolo todo en materia de reglajes.
En el apartado de fabricantes, la ventaja de Mercedes sobre Red Bull se reduce a siete puntos. Ambas escuderías no recibieron este fin de semana aportaciones de Valtteri Bottas y Sergio Pérez, respectivamente. El finlandés, octavo en la tanda de ayer, pagó con una sanción de cinco puestos el desastre que armó en la salida del Gran Premio de Hungría, mientras el #11 perdió sus aspiraciones tras el percance citado. Por lo que respecta a Fernando Alonso, se marcha de vacío con el Alpine #14.
Foto: Red Bull Content Pool
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Menuda pantomima para no hacer el gp otro día. Rusell muy buen piloto.
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