El pasado fin de semana comenzó el ‘Mundialito Canario’ con la celebración de 38º Rallye Villa de Santa Brígida. Además de los tres tenores del certamen regional, los protagonistas de las últimas ediciones del Campeonato Provincial de Las Palmas de Rallyes de Asfalto participaron en la ronda satauteña, entre ellos Iván Armas. El piloto de Marzagán celebró el Día del Padre con su hijo Iván ocupando el asiento derecho del Porsche 997 GT3 Cup Rallye 2010. En un «noventa por ciento de probabilidad», esta será la última prueba que ambos compartan en el habitáculo del potente vehículo germano.
Todo lo que empieza, algún día acaba. En enero de 2016 Iván Armas inició la etapa más ilusionante de su trayectoria deportiva. Después de varias temporadas cosechando éxitos y enamorando a los aficionados a los mandos del BMW M3 E30, el de Marzagán adquiría una montura de altísima exigencia. Por primera vez dispondría de un vehículo puntero con el que luchar por victorias cada fin de semana. Las puertas de su garaje se abrían para dar la bienvenida a un Porsche 997 GT3 Cup Rallye 2008.
Conducir un artefacto de propulsión trasera es una de sus virtudes. Además, es capaz de deleitar a los espectadores al mismo tiempo que registra unos tiempos competitivos. Pocos pilotos tienen esa capacidad para combinar con efectividad ambos elementos. Armas lo había conseguido con el artefacto bávaro y también lo hizo con el que procedía de Stuttgart. En unos meses ya se había proclamado campeón de Canarias en la modalidad de rallysprint y subcampeón de Las Palmas en la de montaña.
En la siguiente campaña prosiguió el idilio de Armas con Porsche, no sin antes superar dos roturas consecutivas de palier en la defensa del entorchado regional. Pero esas averías quedaron rápidamente en el olvido con su brillante recuperación. Con apenas dos citas para reaccionar, el grancanario amarró los puntos necesarios para revalidar la corona, añadiendo a ese logro dos victorias en rallyes tan históricos y duros como el ‘Ciudad de Telde’ y el ‘Maspalomas’. La evolución no se detenía.
En el 2018 centró su programa en las rampas de su provincia. En el curso anterior Luis Monzón le había arrebatado los honores con el todopoderoso Audi R8 LMS Ultra, un turismo que todavía desconoce la derrota en el archipiélago. Pero el bicampeón autonómico de rallysprints se desquitó de la espina que le había clavado el hombre de Auto-Laca Competición después de sobreponerse a un conato de incendio en la ascensión de Fataga. Por segundo año, Armas tumbó a los elementos.
La época del Porsche 997 GT3 Cup Rallye 2008 concluyó en mayo de 2019, cuando Armas se presentó en el municipio de Ingenio con la versión 2010 del coche alemán y arrasó con todos sus rivales. Como no podía ser de otra forma, la temporada terminó con la celebración de un título, el del Campeonato Provincial de Las Palmas de Montaña. Nadie le inquietó, tampoco en tres de los cuatro rallyes en los que tomó la partida. Un problema mecánico en el ‘Isla de Lanzarote’ le privó del doblete.
Ya inmersos en el 2020, Armas se topó con un rival temible en la figura de Miguel Cabral. El de Fontanales introdujo una serie de mejoras que neutralizaron la brecha técnica entre el Porsche del pluricampeón y su Mitsubishi Lancer Evo X. La igualdad entre ambos fue máxima, tanto que hubo que esperar a la última ronda del calendario para descubrir al dueño del galardón. Pero la emoción no truncó la racha triunfal del palmense, que volvía a vencer en uno de sus escenarios fetiche.
La reducción de la brida de los Porsche 997 GT3 Cup Rallye y el constante progreso de los R5 con homologación FIA posicionaron a Armas en una situación comprometida en la especialidad reina de las Islas. Sin embargo, en la mayoría de ocasiones incordiaba a los vehículos del segundo peldaño de la pirámide internacional del automovilismo. En las subidas no le afectaba esta normativa, por lo que en 2021 volvió a escribir su nombre en el palmarés del Campeonato Provincial de Las Palmas.
El pasado fin de semana arrancó en el 38º Rallye Villa de Santa Brígida su sexto curso con Porsche y, muy probablemente, el que cierre esta aventura repleta de alegrías: «Creo que esta será nuestra última carrera con el Porsche y lo que quiero es terminar, pasarlo bien y disfrutar». Con estas declaraciones a RMRacingMode.com arribaba Armas a las carpas de su equipo tras completar la segunda sección del sábado. «Prácticamente lo tengo vendido», aseguraba ante nosotros el piloto de Marzagán.
Su planteamiento de carrera coincide con sus palabras. En la corta especial nocturna del viernes había finalizado quinto, incluso por encima de su posición natural, pero en la etapa diurna se dio un homenaje. Compartía el Día del Padre con su hijo Iván y disfrutando del vehículo con el que más satisfacciones en forma de resultados ha obtenido. Lo que dijese el cronómetro al término de los tramos le despreocupaba. Su único deseo era el de alcanzar la rampa de llegada con una sonrisa.
Preguntado por la probabilidad de que el ‘Villa de Santa Brígida’ fuese la fiesta de despedida del Porsche, Armas la estableció en «un noventa por ciento», un porcentaje tremendamente alto. Su futuro en la competición también es, en estos momentos, una absoluta incógnita: «No sé lo que haremos, la verdad es que estoy un poco cansado de todo esto». En las próximas listas de inscritos encontraremos la respuesta definitiva a la cuestión. ¿Ha acabado la relación Iván Armas-Porsche?
Fotos: Óscar Quintana
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