El sábado 23 de julio de 2022 entra en la lista de fechas negras para el automovilismo canario. Un salida de carretera en el tercer tramo del 8º Rally Comarca Norte se cobró la vida de una joven aficionada. El Club Deportivo Azuatil tomó la decisión de suspender el evento nada más conocer la triste noticia del fallecimiento de una de las dos personas atropelladas en la zona de meta de la especial de ‘Gáldar’. En la mayoría de accidentes que terminan con víctimas mortales se pueden identificar ciertas imprudencias, pero no en el ocurrido en la jornada de ayer, en el que no erró ninguna de las partes implicadas.
El 8º Rally Comarca Norte, sexta cita del Campeonato Provincial de Las Palmas de Rallyes sobre Asfalto, concluyó de la peor forma posible. La salida de carretera del vehículo número cuarenta y cuatro en la primera pasada por la especial de ‘Gáldar’ había herido de gravedad a dos aficionados. Las esperanzas de quienes seguían la prueba eran las de recibir noticias alentadoras acerca del estado de las personas arrolladas, pero a primera hora de la tarde llegó la notificación que nadie deseaba.
La mujer atropellada había fallecido al poco tiempo de ingresar en el hospital al que había sido traslada por los servicios de emergencia. El Club Deportivo Azuatil, en señal de respeto por la víctima y su familia, suspendió de inmediato el desarrollo del evento. Los participantes se dirigieron, previo paso por el reagrupamiento de Santa María de Guía, al parque Pico Lomito del municipio de Moya, lugar en el que la entidad organizadora les informó del desgraciado suceso que obligó a tomar esa decisión.
En la inmensa mayoría de choque con víctimas mortales, los análisis realizados a posteriori permiten identificar las causas que abocaron a un desenlace tan traumático. En el ocurrido en la jornada de ayer, cualquier investigación dirige al mismo resultado: una fatalidad sin culpables que señalar. Ninguna de las partes implicadas (integrantes de la caravana de seguridad, tripulantes del vehículo accidentado, espectadores involucrados o profesionales sanitarios), cometió imprudencias en su proceder.
Antes del paso de los coches de competición, los numerosos componentes de la caravana de seguridad se encargan de comprobar que todo esté en orden para el correcto desarrollo del tramo. Todo significa todo, desde el estado de las carreteras hasta la ubicación de las personas que asisten al evento. Si detectan alguna irregularidad en el recorrido, el comienzo de la cronometrada puede atrasarse o incluso anularse, pero en los 7.01 kilómetros de ‘Gáldar’ no había nada fuera de la norma.
Los dos espectadores implicados habían escogido un sitio elevado de la vía y en el que ni los más escépticos pensarían que podría llegar un vehículo. Tres metros de altura y numerosas piedras de mediano tamaño les separaban del firme. Cualquiera habría elegido un punto de idénticas características para ver la especial. En la cantidad infinita de trazadas imaginarias que un aficionado diseña en su cabeza no figuraba la tomada por la montura que arribaría descontrolada a la zona.
Los tripulantes de un equipo conocen los riesgos que entraña la práctica de este deporte. Numerosos pilotos y copilotos han perdido la vida en impactos fatídicos. Precisamente por este motivo, nunca (descartando casos muy excepcionales) se puede señalar como culpables a los participantes. Los ocupantes del habitáculo del Toyota Starlet 1.3 intentaron, por puro instinto, evitar un golpe que supusiese el abandono tras perder el agarre con la superficie en la curva anterior. Debido a las altas velocidades propias del descenso de Farragú, fue imposible contener la inercia del coche a tiempo.
Los servicios de emergencia acudieron lo más rápido que pudieron al lugar de los hechos a prestar la atención que los dos heridos necesitaban en ese momento crítico. La mujer, en estado más grave que su acompañante, fue inmediatamente desplazada en ambulancia a la capital grancanaria. Por desgracia, los esfuerzos del personal médico resultaron insuficientes para salvar la vida de la joven, que fallecería unos pocos minutos después de haber ingresado en el recinto hospitalario.
Foto: Óscar Quintana
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