El piloto francés logró una victoria contundente en la segunda cita del Campeonato de Europa. La intensa batalla por el triunfo que los aficionados presagiaban no existió. Desde que el hombre del Citroën C3 Rally2, acompañado por su compatriota Benjamin Boulloud, accedió al liderato al término de la cuarta especial, las opciones del resto fueron disminuyendo hasta el punto de desaparecer en la mañana de la etapa del sábado. Nada, ni siquiera la inestable meteorología, consiguió perturbar a un ganador que no mostró fisuras. Sus decisiones en los momentos críticos, una de las bases de su resultado.
Yoann Bonato, acompañado por Benjamin Boulloud, logró el pasado fin de semana su segunda victoria en una prueba valedera para el Campeonato de Europa de Rallyes. El francés, de nuevo a los mandos de un Citroën C3 Rally2, conquistó el abrasivo asfalto de la isla de Gran Canaria con una actuación impecable. El amplísimo listado de equipos con opciones reales a conseguir el triunfo en el 47º Rally Islas Canarias se redujo a la mínima expresión cuando el pluricampeón galo accedió a la primera plaza.
El fin de semana del representante de CHL Sport Auto comenzó con una losa de veinte segundos en ‘Gáldar’. Su decisión de abrir carretera en la jornada del viernes le cobró factura, ya que encontró los casi quince kilómetros de ese tramo repletos de humedades. El estado del firme mejoraba su aspecto a medida que los coches pasaban y el sol ganaba poder. Esa evolución de la superficie la aprovecharon pilotos como Efrén Llarena y Mads Ostberg para marcar territorio y distanciarse de sus contrincantes.
Bonato iniciaba la siguiente especial, la de ‘Tejeda’, en el decimotercer lugar. Sin embargo, no perdió los nervios y maximizó las prestaciones de sus neumáticos, menos castigados que los de sus rivales debido a las bajas temperaturas contra las que había lidiado en el tramo anterior. Nadie se acercó a un registro con el que recuperó cuatro posiciones. Luego, en la cronometrada de ‘Santa Lucía’, repitió estrategia y obtuvo otro scratch contundente. Una vez aplicada la sanción a Llarena, Yoann ya marchaba al frente.
La sección de la tarde, sin incertidumbre en lo meteorológico, reafirmó sus opciones. Después de los podios de 2020 y 2022, Bonato solo pensaba en grabar su nombre en el palmarés de ganadores. En plena sintonía con su montura, estableció dos mejores tiempos de tres posibles y cerró el día con una ventaja de once segundos sobre Hayden Paddon. El neozelandés trataba de aguantar el ritmo con su Hyundai i20 N Rally2. Por detrás, los demás iban aceptando el bronce como único premio a su alcance.
El sábado amanecía con cielos cubiertos y unas previsiones que apuntaban a la aparición de la lluvia. Una equivocación al escoger los compuestos para afrontar ese bucle podría arruinar las aspiraciones de Yoann. Sin alteraciones de pulso, apostó por los medios de Michelin. El acierto de esa elección quedó reflejado con su recital en ‘Moya-Valleseco’, el recorrido rey de la cita grancanaria. Diecinueve segundos endosó al exoficial de Hyundai Motorsport. Zanjó la batalla por la victoria con un golpe irremontable.
La renta de Bonato creció por encima de la barrera del medio minuto, pero eso no le invitó a aminorar la marcha. Su grado de compenetración con el artefacto de la firma del doble chevrón llegó a tal nivel que sus estratosféricos cronos llegaban de forma natural, sin realizar esfuerzo alguno. Los dioses de la atmósfera quisieron plantearle un último desafío en el Power Stage. Las precipitaciones volvieron momentos antes de que tomase la partida… y tampoco fueron suficientes para aguarle la celebración.
Foto: Red Bull Content Pool
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